martes, 28 de septiembre de 2010

CARTA OAXACA 2008, SOBRE INSERCIÓN DE ARQUITECTURA CONTEMPORANEA EN CENTROS HISTÓRICOS


CONGRESO NACIONAL DE ARQUITECTURA MEXICANA, OAXACA 2008

(Foto: Proyecto Plaza Arvea, Teposcolula, Oaxaca)

Los Arquitectos mexicanos e invitados internacionales, reunidos en el marco del XXVI Congreso Nacional de Arquitectura Mexicana Oaxaca 2008, preocupados por el riesgo de destrucción inminente de muchos inmuebles de valor histórico en América Latina, manifestamos:

- Exhortamos a todos los actores involucrados en el proceso de intervención de Centros Históricos, a redoblar los esfuerzos, eficacia y ética, para preservar las señas de la identidad y su memoria social, como una importante herramienta para resistir la presión estandarizante de la globalización.

- Llamamos a la reflexión sobre las implicaciones sociales y urbanas de la inmediatez que proporcionan las nuevas
tecnologías particularmente aquellas aplicadas a la mediática, que están derivando en una nueva vivencia urbana.

- Instamos a los profesionales relacionados a que cada inmueble, cada sitio y cada centro histórico que sea intervenido, se
haga mediante estrategias y técnicas claramente orientadas a la sustentabilidad, como soporte de su supervivencia.

- Se debe mejorar la calidad de vida en la ciudad basadas en las particularidades climáticas y las soluciones ancestrales, a la luz de las nuevas tecnologías, orientadas a la autosuficiencia energética de cada unidad constructiva.

- Debemos tomar conciencia de que la única solución al volumen de población, es por ahora la ciudad, la cual no puede extenderse indefinidamente porque que ésta envejece y muchos centros históricos quedan inmersos; por lo tanto, la única posibilidad viable, es su reciclamiento y su reinvención, acordes éstos a las nuevas necesidades y circunstancias reales de sus habitantes y usuarios.

- Se debe exigir que cada desarrollo inmobiliario cargue con los costos de mitigar el impacto ambiental previsible por su
implantación.

- Que los aportes e intervenciones estén basados en la racionalidad y polifuncionalidad, para facilitar los cada vez más frecuentes cambios de uso, reduciendo las sucesivas intervenciones que diluyen su autenticidad.

- Conviene, en la medida de lo posible, la puesta en valor de los inmuebles con valor histórico, entendido esto como la
habilitación para un uso distinto del original, que de todas maneras es lo único posible.

- Que se promueva en los planes de desarrollo de las ciudades con áreas de valor histórico, normar las intervenciones con la finalidad de que se preserven la armonía del paisaje urbano.

- Que se incluya en la curricula de las Escuelas de Arquitectura, desde el inicio, el análisis y la conceptualización del entorno como primer condicionante del objeto arquitectónico.

- Hacemos un especial llamado a la prudencia, eficacia, ética, responsabilidad y sentido común, a todos los funcionarios a quienes, como sociedad, les hemos encargado la importante labor de salvaguardar la herencia y memoria histórica de nuestros pueblos; recordando que el retraso en las decisiones y el fundamentalismo, sólo contribuyen a su destrucción y que la historia nos juzgará.

- Que atendamos los lineamientos positivos ya consignados en este sentido en la “Carta Internacional para la Conservación de las Ciudades y Áreas Históricas”, adoptada por ICOMOS desde 1987, donde ya prevé que: “se entiende por salvaguardia de las ciudades históricas, las medidas necesarias para su protección, conservación y restauración, así como para su desarrollo coherente y su adaptación armónica a la vida contemporánea”, además agrega que esto debe hacerse “con prudencia, método y rigor, evitando todo dogmatismo”.


Firmado en Oaxaca de Juárez, Oax. A los veintisiete días de noviembre del dos mil ocho en el marco del “XXVI

Congreso Nacional de Arquitectura Mexicana Oaxaca 2008”


Participantes de la mesa redonda: Arq. Marco Antonio Aguirre Pliego, Arq. Javier Villalobos Jaramillo, Arq. Alfonso Ramírez Ronce, Arq.
Víctor Pérez Cruz, Arq. Armando Reyes Oliver, Arq. Ibo Bonilla Oconitrillo.
La Carta Latinoamericana de Oaxaca 2008 ha sido traducida a los idiomas ingles y francés con el apoyo de Marie_Pierre Teuler y Laetitia
Dufrancatel.
Medios de difusión donde se puede consultar la Carta Latinoamericana Oaxaca 2008,www .a cnh a c.or g , Revista FACDEARQ. No. 7 (pág.
10), Jolgorio Cultural de la FAHHO No. págs.16 y 1

lunes, 30 de agosto de 2010

LA ARQUITECTURA VERNÁCULA COMO POESÍA.


Luís Barragán decía:
“Una redundancia ociosa, pues si una arquitectura no es del lugar, entonces no es arquitectura”.

Se dice que la arquitectura vernácula es la obra de arte que consiste en el espacio expresivo, delimitado por elementos constructivos para precisar el acto humano perfecto (existir, vivir), no necesariamente implica ser una obra maestra; debe ser tan emocionante como sus espacios, como la seducción que probamos ante algo bello que nos hace perder los sentidos y la voluntad, inspirada en una armonía total, es algo que se da muy pocas veces, pero es el objetivo, hallando inspiración y estímulo propio.

El Espacio expresivo.

Los espacios llenos de poesía, de belleza, se convierten en un estímulo para el espíritu que se difunde en el esplendor con la necesidad de lo contemplativo. Por eso el espacio invita al silencio, única actividad posible para oír la música de las esencias.

La arquitectura deriva de la interrelación de tres sistemas, decía Barragán:
En primer lugar el de la Creación,
En segundo lugar el de la ciudad, y
En tercer lugar el del Edificio.
Formulando así su super-ecosistema, un acuerdo entre la Naturaleza, la comunidad humana y el Individuo.

El genio creador se cultiva con la humildad lograda en una filosofía personal que sólo se alcanza en la contemplación, guiados por un sentido común, modesto y acertado, manifestado de forma involuntaria, siendo un privilegio del genio creador del arquitecto.

Intentando formular en la mente las lecciones de toda buena arquitectura para evaluar correcta y objetivamente el proceso arquitectónico original, anticonvencional, que no pierde la forma inequívoca de su autor, siendo cada uno de estos espacios, la respuesta de una misma persona a diversas cuestiones.